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¿Por qué decir NO a la conciliación en la violencia doméstica?

. No es una relación en la que las partes enfrentadas ejercen sus responsabilidades en un clima de cooperación y respeto mutuo.

· La libertad de la víctima se halla mediatizada por el temor que le inspira el agresor.

· En la conciliación el factor miedo o temor no es tomado en cuenta. El factor miedo distorsiona la situación y muchas veces éste queda inviabilizado para los observadores externos. El observador no se da cuenta que una cantidad de decisiones que está tomando la víctima o de conductas que está
adoptando están motivadas básicamente por el miedo.

· La acción conciliatoria pone en riesgo a la víctima.

· La violencia es un desequilibrio de poder, la acción conciliatoria obtiene acuerdos desequilibrados.

· En la acción conciliadora se obtienen renuncias forzadas de la persona que sufre la violencia.

· La conciliación sugiere que la violencia doméstica no es una conducta delictiva.

· El proceso de conciliación no brinda seguridad de que el acusado asuma su responsabilidad de sus actos violentos.

· La conciliación suele exigir que las víctimas modifiquen su conducta, lo que significa que comparten la responsabilidad de la violencia y que en ellas recae la responsabilidad de poner fin a una conducta violenta del agresor.

· La doble víctimización se produce cuando el sistema judicial no da respuesta a la demanda de la víctima, sino que la obliga a renegociar su situación con el maltratador, con la consecuente renuncia a las judiciales.

Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas, PACAM.

martes, 9 de agosto de 2011

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