martes, 14 de octubre de 2008

¿Soy un padre o una madre maltratante?

¿Cómo pueden un padre o una madre darse cuenta que maltratan a sus hijos? ¿Cómo se puede evitar?

Ser padres bientratantes es un desafío que se ha de plantear desde antes del nacimiento de los hijos. Las habilidades y destrezas parentales y maternales, muchas de ellas, vienen dadas por el condicionamiento social y la historia personal de cada uno de los padres.
1. Numerosos comportamientos maltratantes, suelen darse, por las experiencias tempranas de malos tratos recibidos en la infancia de los padres los cuales pudieron seguir ocurriendo en la adolescencia.
2. Si las madres sufrieron en su infancia carencias afectivas, fueron gravemente descuidadas, sufrieron violencia física, tratadas injustamente, les delegaron el cuidado de los demás hermanos, explotadas por sus padres, el desconocimiento de herramientas para cuidar adecuadamente a sus hijos que permitan su crecimiento y desarrollo las hacen más vulnerables a maltratar a sus hijos.
3. Cuando los padres vivieron experiencias de abandono, experiencias de separación, fueron víctimas de violencia, carencias afectivas, de protección y cuidados, tenderán a maltratar a sus hijos.

Generalmente los padres que maltratan usan amenazas, mienten, imponen secretos, hacen chantajes afectivos, hacen uso del poder absoluto sobre los hijos, exigen obediencia y sumisión. Demandan respuestas por encima de sus niveles de madurez y de lo que el niño verdaderamente puede dar.

Estos padres y madres no respetan la condición de persona de los niños y los utilizan como un objeto para beneficiarse de ellos. Los pueden usar para ser sus compañeros y compañeras emocionales contándoles problemas de adultos, involucrándoles en los conflictos maritales, exigiéndoles beneficios económicos emplazándolos a trabajar.

Como podrán apreciar, el circuito del maltrato puede pasar de una generación a otra, se va dando una especie de reciclaje cuando los padres no modifican sus experiencias pasadas, si no más bien que, repiten el patrón y dolor aprendidos. Su referencia suele ser “disciplino y educo como lo hicieron conmigo”.

Los padres con buenos tratos se caracterizan por considerar que sus hijos son personas y que como tal han de ser tratados. Reconocen que necesitan protección, cuidado, seguridad, confianza y amor.